Teopanzolco es una
palabra del idioma náhuatl que se ha interpretado como "El lugar
del templo viejo". Como muchos sitios arqueológicos en México,
éste ha sido absorbido por el crecimiento urbano. Se sabe que el
centro monumental fue emplazado en una colina formada por un derrame de
lava, producto de la actividad volcánica que cerró el extremo
sur de la cuenca de México. En el valle de Morelos existieron grupos
sedentarios por lo menos desde el 2000 a.C.; la evolución de éstos
fue similar a la de los del resto del Altiplano central. En los inicios
del periodo Clásico (1 a 900 d.C.), se dio un desarrollo regional,
al que se sumó la presencia de la cultura teotihuacana, que fue
muy importante en el área. El Postclásico Temprano (900 a
1200 d.C.) se caracterizó por la presencia de manifestaciones culturales
propias en la mayoría de las regiones de Mesoamérica. Para
el Postclásico Tardío, los grupos dominantes en el Altiplano
fueron de origen náhuatl; el de los tlahuicas fundó el señorío
de Cuauhnahuac, que desarrolló sus propias manifestaciones, aunque
relacionadas con las de los grupos de los valles vecinos, como los matlatzincas
del valle de Toluca, que fueron conquistados por los mexicas. Moctezuma
Ilhuicamina sometió esta vasta región principalmente productora
de algodón. Durante los primeros años de la Colonia, el señorío
de Cuauhnahuac pasó a formar parte del marquesado del Valle, que
abarcaba desde Morelos hasta Oaxaca. Las tierras de este marquesado pertenecieron
a Hernán Cortés, quien introdujo el cultivo de la caña
de azúcar y su industrialización mediante el primer molino,
ubicado en Tlaltenango, al norte de lo que actualmente es la ciudad de
Cuernavaca.